Carlos Ríos, La carne a la romana


  1. El matadero de Duisburgo

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a expensas de
sus jugos
la carne macera,
se distiende
y corre inevitable
hacia un sostén
nutricio, una madre
en sí misma
sin sangres ni leche
que ofrecer
a su pequeño;

ha seguido
viaje, aún
después de muerta
y en tanto trajín
ajaron su silueta
de arma
inmensa, indecisa
y a punto
de cocinarse
en su defensa.



  1. Media Romana

II

En la
roca aislada
por su espina, los
que practican
el dialecto varón
ya se confiesan:

No
desdeñes
la muerte.

Antes bien,
acógela
gustosamente
en la convicción
de que ésta
también es
una
de las cosas
que la naturaleza
quiere.


  1. Exposición de Jiménez Morcillo

(Fragmento)

Saludos al
bovino barrazo,
las saladas
congruencias
del cebón gallego.
También
una especial
licencia
al semental
de cruce pirenaico.

A cada
lado brillan
los objetos,
arrimados sin ganas
por torpes
secundarios,
manos de rosario
volviendo en
sus pertrechos;

parveras…

vacas de san
antonio, eczemas
en el parvulario;

menguados toros
elongan la farsa
de sus cueros: libras
de calce interino
que prenden risas,

babas del diablo…

(una liebre
corre, se desmaya
en el hueco,
tras lucir como perla
en el prima barato
de forraje)

enfilan, bestias
partiendo como ojales
a la tela de pasto,
sordas en el rebaje
que ausenta el comedero;

…allí empezaron
a entregar la carne
a la romana:

tantos hombres,
tantos kilos, aunque bien
abundantes… (1918)

(…)


En “Media romana”, Ediciones El Broche, 2001.
Carlos Ríos (Santa Teresita, 1967). Vive en La Plata.
Foto: Radio Futura, 18 de diciembre de 1997. Archivo de la talita dorada.- 

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